Radiografía del comerciante

Además, hay que aprender a dominarse, para soportar todas las insolencias de los burgueses menores.
Por lo general, los comerciantes son necios astutos, individuos de baja extracción, y que se han enriquecido a fuerza de sacrificios penosísimos, de hurtos que no puede penar la ley, de adulteraciones que nadie descubre o todos toleran.
El hábito de la mentira arraiga en esta canalla acostumbrada al manejo de grandes o pequeños capitales y ennoblecidos por los créditos que les conceden patente de honorabilidad y tienen por eso espíritu de militares, es decir, habituados a tutear despectivamente a su inferiores, así lo hacen con los extraños que tienen necesidad de aproximarse a ellos para poder medrar.
Roberto Arlt, «El juguete rabioso»