Carlos María de Bustamante o los vicios de la historia nacionalista
La forma peculiar que presenta Carlos María de Bustamante como escritor de la historia patria nos introduce en un mundo en el cual el pensar histórico, siguiendo las líneas propias de la época y la coyuntura política del momento, se vuelca en una interpretación contingente de la historia, variable, me explico: a Bustamante le toca vivir todos esos momentos, principios del siglo XIX, en los que se está discutiendo una forma de país; en los que se dejan entrever por todos lados brotes continuos de librepensamiento; la ilustración francesa a la mexicana, invoca en los personajes que actúan en la política nacional, ánimos de acción, la filosofía jusnaturalista los absorbe y la sorprendente cantidad de personajes influidos por ésta nos hacen ver el propósito de un nuevo proyecto tanto en el campo de la política del momento, como en la manera de escribir la historia.
Bustamante nace el 4 de noviembre de 1774 y aunque se le imponen académicamente duros tropiezos (reprueba el primer año de bachiller)* logra terminar sus estudios en artes, para luego entrarle un poco a la filosofía y a la teología; termina como abogado. A partir de este momento estará desempeñando diversos e importantes cargos públicos y ejerciendo con gran vehemencia el periodismo como editor de El Diario de Méjico; libra batallas importantes en pro de la libertad de prensa y escribe hasta el cansancio.
Como buen activista político que fue se une a los movimientos insurgentes, cuando Morelos le concede el grado de brigadier, cumple labores militares de importancia, aunque ya antes había rechazado una invitación de Allende para unirse a la conspiración. En efecto, este roce con los grandes personajes del momento influyó en su pensamiento cuando se expresa colaborando en la redacción de Los Sentimientos de la Nación; el Acta de Independencia y el Manifiesto a la Nación; trabajó también en la redacción de la constitución de Apatzingán.
Contribuyó entonces con grandes obras entre las que destacan: Hay tiempos de hablar y tiempos de callar; Continuación del Cuadro Histórico; Medidas para la pacificación de la América Septentrional; El Nuevo Bernal Díaz del Castillo, entre otras.
Su psicología se centra en el personaje recto, responsable, comprometido con su país y, por eso, nacionalista hasta la ignominia: “Fue don Carlos María figura harto pintoresca: curioso, dicharachero, patriota, republicano y católico ferviente, pretencioso de su asistemático saber, pero honrado y bien intencionado.» Nos dice Josefina Z. Vázquez en su Prólogo al texto Bustamante, El Nuevo Bernal Díaz del Castillo, o sea, historia de la invasión de los angloamericanos en México, editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
No sobra explicar que con sus constantes participaciones en la política del momento dejo huella minuciosa, como periodista y como historiador, de algunos acontecimientos de importancia, que si bien están fuertemente idealizados, resultan de gran interés para la comprensión del periodo que trata.