Aprovéchese la violencia
Nos dice el maestro Ortega en su ensayo «Renan», publicado por entregas en el periódico El Imparcial, entre octubre de 1908 y marzo de 1909:
La misma lucha nos sirve: cuando dos pelean cuerpo a cuerpo, llega un momento en que se abrazan, y el puñetazo es después de todo, una manera de ponernos en contacto con el prójimo.
Una manera poco convencional de mirar la violencia. Ortega y Gasset, profundo como siempre, nos involucra en el acto de agredir; es finalmente un acto social, simbólico con todas sus consecuencias; aquí, de hecho, con un papel catárquico, de transformación histórica. Bien podría pensarse el fenómeno de las conquistas en este marco interpretativo:
Las guerras, los instintos de rapiña y negación han hecho rodar sobre el haz del mundo las torpes multitudes militares; pero en la herrumbre de las armas llevaba cada raza conquistadora el bacilo de su cultura, y al herir sus lanzas el corazón de un pueblo más débil, la inficionaba con la fecunda enfermedad de sus dioses y el temblor peculiar de sus poetas.
Dejemos, pues, las reducciones, el pensamiento maniqueo propio de la sensibilidad fanfarrona actual. Los tiempos anteriores bien supieron aprovechar la violencia y no fue poco fecundo ese uso:
Pax hominibus! La barbarie nos rodea: ¿qué importa?; sabremos aprovecharla como un salto de agua; para esto están sobre la tierra los hombres de buena voluntad a modo de fermento pacífico que va descomponiendo los enormes yacimientos de mala voluntad.
Los hombres de buena voluntad, dice. Y es notable que el mal aparece justo cuando se precisa del bien. Recordemos: este ensayo por entregas trata de lo verosímil en Renan, y por ello se acentúa el uso de ejemplos polémicos.