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26 de abril de 2014

La sinrazón del científico

por El Isra

Un hombre de ciencia que solo es hombre de ciencia, como un profesional que solo conoce su profesión, puede ser infinitamente útil en su disciplina; pero ¡cuidado con él! Si no tiene ideas más allá de su disciplina, se convertirá irremisiblemente en un monstruo de engreimiento y de suceptibilidad. Creerá que su obra es el centro universo y perderá el contacto generoso con la verdad ajena, y más aún con el ajeno error, que es el que más enseña, si lo sabemos acoger con gesto de humanidad. 

 

Gregorio Marañón, «Enciclopedismo y humanismo»

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